14 de enero de 2013

El Hombre Cabeza de la Mujer

En este presente siglo XIX, los esposos incrédulos viven según el pensamiento humano, se les considera a ambos iguales tanto en capacidades, funciones y responsabilidades. Dicen que es un atentado contra los derechos de la mujer si ella no se desarrolla igual al hombre, consideran una tradición que la mujer solo se encargue del cuidado del hogar, y crianza de los hijos.

Es penoso ver que este pensamiento, también se encuentra hoy, en muchos matrimonios cristianos.
Muchas esposas cristianas quieren gobernar, sustentar, proveer, dirigir sus hogares, participar en igualdad, tal como lo hacen muchas mujeres feministas y modernas; aun sus esposos han aprobado este modelo de matrimonio moderno anti- bíblico, menospreciando lo que el Señor dice en cuanto a los deberes de cada uno de los esposos creyentes.

Más la esposa llena del Espíritu reconocerá el papel de liderazgo que Dios le otorgó al esposo, el mandato no tiene excepciones y se aplica a toda esposa cristiana sin consideración a sus propias capacidades, educación, conocimiento de las Escrituras, madurez espiritual, o cualquier otra cualidad que podría ella tener.

En Efesios 5:23 Nos dice : Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, siendo El mismo el Salvador del cuerpo.
24 Pero así como la iglesia está sujeta a Cristo, también las mujeres deben estarlo a sus maridos en todo.
25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se dio a sí mismo por ella,
28 Así también deben amar los maridos a sus mujeres, como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.
29 Porque nadie aborreció jamás su propio cuerpo, sino que lo sustenta y lo cuida, así como también Cristo a la iglesia.

Tengamos claro que estos versículos no hablan de superioridad del hombre sobre la mujer, de lo que si habla es del liderazgo y funciones que Dios determino para cada esposo; ya que solo así podrán gozar de ese amor y respeto que lo supera todo, y de la bendición y armonía familiar.

Tampoco habla de esclavitud o servidumbre, ya que el Señor se pone como ejemplo, el esposo creyente debe imitar esa autoridad que es en amor; aquí no hay lugar para que un hombre sea un abusador o tirano con su esposa.

Así como Cristo libero a Su iglesia de los peligros del pecado, muerte y del infierno, se despojo así mismo, y dio su propia vida por ella; de igual modo el esposo debe amarla sin egoísmo, proveer, proteger, preservarla, dirigir a su esposa por medio de su sumisión a una vida bendecida.

¿Ahora, qué pasa cuando una mujer cristiana también se convierte en cabeza del hogar? Pues, ella estará en desobediencia y rebeldía pecando así contra Dios, porque está tomando la autoridad y deber, designado por el Señor para el esposo. Por más que ambos estén de acuerdo, ¡es pecado!

No olvidemos que Dios es santo y justo por más amor que nos tenga, El castigara nuestra desobediencia.

Ten por seguro, que problemas habrá de sobra en sus vidas por desobedecer: Tendrás un hogar desorganizado, hijos rebeldes - sin autoridad, hijos criados y educados por otros, riñas, enojo, falta de respeto, tendrás un esposo débil o malhumorado, poco a poco éste se volverá un flojo, tendrá tiempo para interesarse en otras asuntos o mujeres, desinteresado en las cosas que te pueda suceder. He visto como mujeres cristianas tienen que comprarse sus propias medicinas cuando están enfermas, como tienen que atenderse solas cuando están cansadas, y lo que es caótico vivir una frialdad espiritual (la desobediencia trae consecuencias).

Quizás digas
¡pero no nos alcanza el dinero para esto o aquello!, ¿Crees que este deber, el Señor lo puso solo para aquellos esposos que tendrían un buen trabajo?


Jesús ha prometido estar con nosotros cada día, y nos dijo también que mientras tengamos abrigo y sustento tengamos contentamiento. No estoy hablando de conformismo; pero no hay nada más triste que alcanzar prosperidad a tu manera en desobediencia, Dios obrara a tu favor si tú y tu esposo cumplen sus deberes en amor, respeto, y obediencia. 

El es quien bendice todo trabajo, El es quien otorga gracia y favor - para que por su desempeño laboral sea reconocido y prosperado. 

Hubo un tiempo en que también estuve en esta posición pensando que cooperando podía tener más para esto y aquello; pero es mentira es como un hoyo sin salida, no prosperas, te esfuerzas y esfuerzas y todo es improductivo, terminando sin comunión con Dios por el pecado, luego Dios nos hizo ver que no hay seguridad, ni sustento, ni prosperidad en desobediencia.


Una mujer que se va a unir en matrimonio y cuenta con una profesión, debe tener en claro que su función primordial es de ser esposa y madre.

Si llegasen los hijos deberá ocuparse de ellos, no es bíblico que los suegros, padres o empleadas del hogar, cumplan un deber que no les pertenece, de tal forma que esté pendiente de lo que Dios le dio- amar y cuidar de su esposo e hijos, así como de su hogar.

No hay nada más hermoso que ser amada, cuidada, protegida, doblemente (por Cristo desde lo alto y en la tierra por el esposo).

Esfuérzate por ser la esposa piadosa que Dios quiere que seas, ocúpate de tu esposo, hijos, de tu casa. Ambos estudien a la luz de la Palabra en los tiempos libres. Efesios 5:23 al 29. 

Mientras tanto adoren y regocíjense en el amor condescendiente de Cristo.

Los maridos y las esposas aprendan sus deberes recíprocos. Así, se impedirán los peores males y se evitarán muchos efectos penosos.

Si has estado actuando en rebeldía contra Dios y Su Palabra, ven con un corazón arrepentido y haz lo bueno, considera y da el lugar que tu esposo merece, respeta su autoridad como cabeza, se sumisa voluntariamente no por obligación, sino con un corazón amoroso que se agrada en obedecer con alegría a su Dios y Padre.


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