No quieren oír y saber sobre el bien, sobre Cristo y Su santa Palabra. Ignorando las terribles consecuencias que obtendrán por sus pecados, y de la paga que está les otorgará.
Soy una joven que creció en un hogar cristiano, desde muy pequeña fui instruida en las cosas del Señor por mis padres, se me enseño a temer a Dios y a honrar Su Palabra, debo decir que el guardar todo esto, me libro y restringió de cometer pecados degradantes en esta parte de mi juventud. Hasta el día que el Señor me otorgo Su gracia de salvación, le estoy muy agradecida a mi Dios por bendecirme, y darme una vida nueva, y un nuevo corazón.
Siento mucha pena que esto no haya sucedido así con mis hermanas de sangre, que a pesar de que ellas crecieron conmigo escuchando las mismas cosas de Dios, con el pasar el tiempo, se olvidaron del temor hacia Él, siguieron sus propios caminos, y buscaron satisfacerse ellas mismas en los deseos y placeres de este mundo, y a pesar de que ya se encuentran cosechando lo que sembraron, prefieren seguir viviendo en esa vida llena de dolor y tristeza, en desobediencia abierta, lejos, sin Dios, acumulando ira para el día del juicio, Dios les conceda un día salvación.
Por tal motivo considero apropiado hablarle aquellas jovencitas que como “yo” crecieron en un hogar cristiano y estuvieron expuestas desde su niñez a las enseñanzas de Dios y ahora menosprecian la Ley de Dios y Su persona.
Jovencita, se que por lo mismo que no has sido regenerada, tu naturaleza caída, gustara de las pasiones de este mundo, cosas que parecen bonitas y encantadoras a tus ojos; pero que son como un hoyo sin salida. De seguro, manifiestas ya las mismas reacciones de menosprecio que sienten las hijas de los impíos a las cosas de Dios tal como: fastidio a los devocionales de las Escrituras, la oración, y el asistir a la iglesia junto a tus padres, menosprecias los consejos sabios de tus padres y te parecen tan aburridos y cansados, sientes indiferencia al amor que te tienen, no te causa dolor sus lagrimas a causa de tu mal comportamiento, odias y niegas si alguien te relaciona con el cristianismo a causa de tus padres.
Jovencita, se que por lo mismo que no has sido regenerada, tu naturaleza caída, gustara de las pasiones de este mundo, cosas que parecen bonitas y encantadoras a tus ojos; pero que son como un hoyo sin salida. De seguro, manifiestas ya las mismas reacciones de menosprecio que sienten las hijas de los impíos a las cosas de Dios tal como: fastidio a los devocionales de las Escrituras, la oración, y el asistir a la iglesia junto a tus padres, menosprecias los consejos sabios de tus padres y te parecen tan aburridos y cansados, sientes indiferencia al amor que te tienen, no te causa dolor sus lagrimas a causa de tu mal comportamiento, odias y niegas si alguien te relaciona con el cristianismo a causa de tus padres.
¿No te das cuenta que toda esta rebeldía y desprecio te trae juicio, y condenación?, ¿Crees tú, que alcanzaras más misericordia y perdón, delante de Dios, cuando juzgue a los moradores de la tierra, que alguien que no estuvo expuesta a la Ley de Dios?
Y sueles decir con tu corazón endurecido y tu necio hablar que es tu vida y que te dejen vivirla, escucha lo que el Señor te dice: "Cuando esa persona escuche estas maldiciones y se crea bendito, diciendo para sí: <<Yo seguiré haciendo lo que me dé la gana, no me va a pasar nada”, entonces el resultado será desastre total." Deut 29:19>> Amada jovencita, no prefieras seguir sirviendo al mundo, y seguir bebiendo de la copa de la muerte. En otro texto, el Señor te dice: <<Hoy deben elegir qué prefieren. ¿Quieren que les vaya bien, o quieren que les vaya mal? ¿Quieren tener vida, o prefieren la muerte? Deut 30:15>>
No sabes cuánto bien trae apartarse del pecado y vivir una vida moral hasta el día en que Dios concede Su salvación por medio de Jesucristo. ¡Como negar y rechazar a alguien tan santo como “Jesucristo” que lo único que desea para nosotras es el bien!, ¡y desear estar cautiva de un ser tan malo y perverso como lo es Satanás, haciendo las mismas obras que él!
Quiera Dios que de corazón prestes atención a lo que te digo, pídele a Dios que no te haga caer más bajo de lo que ya te encuentras, muchas hermanas que fueron jóvenes en su tiempo hoy lamentan no haber buscado correctamente a Dios; por eso búscalo en oración constante para que en tu juventud, Él se revele a tu vida, medita en Su Palabra pídele que abra tus ojos e incline tu corazón hacia Él, búscale cada día como el aire que respiras, escucha la instrucción y amonestación de tus padres, participa de las cosas de Dios, no te digo que finjas ser cristiana, solo te digo que busque a Dios con corazón sincero, al igual que Timoteo que fue instruido desde niño en las Escrituras; ya de joven le fue dado salvación, puede suceder lo mismo contigo…
Quizás me digas: ¡yo le busco y no pasa nada en mi!
Mi amada amiga el Señor no miente cuando dice en: Jer 29:13 “Y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón. (Y esta es la clave) venir a Él sin excusas, sin abrazar pecados, arrepiente de ellos y abandónalos y alcanzaras de Su salvación y misericordia, y así como yo, que ahora soy una jovencita en las manos de Dios, lo estés tú también un día.
Y las que ya contamos con salvación,
sigamos amando a DIOS con todas nuestras fuerzas, y seamos hacedoras de Su Palabra, fiel ejemplo para muchas Jóvenes y que <<sobre toda cosa guardemos; nuestro corazón porque de El mana la vida (Prov.4:23) >>
sigamos amando a DIOS con todas nuestras fuerzas, y seamos hacedoras de Su Palabra, fiel ejemplo para muchas Jóvenes y que <<sobre toda cosa guardemos; nuestro corazón porque de El mana la vida (Prov.4:23) >>
Prepárate en cuerpo y alma, se santa en toda tu manera de vivir (conversación, conducta, vestir, pensamientos), que te conozcan por ser una joven piadosa y temerosa de DIOS, no debes dar rienda suelta a los deseos carnales, martiriza cada día en el poder del Santo Espíritu. No te dejes engañar por el enemigo que busca como hacerte caer en pecado, de Como destruir tu vida alejándote así de tu creador y Señor.
Recuerda lo que dice en: 1Juan 2:15-17. “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Sí alguno ama al mundo, el amor del padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no provienen del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.”
<<Se una jovencita en las manos de Dios>>