Muchas no se dan cuenta que por las palabras que suelen hablar serán conocidas. Ya que las palabras pueden
poner en evidencia y revelar bien lo necia o lo sabia que uno es, más sobre todo si se trata de una creyente.
En un pasaje Isaías
dice que el Ungido de Dios “Sabrá como hablar”, al recibir instrucciones del
Señor (Is 50:4). Y como resultado de este tutelaje divino, El, tendrá la
habilidad de hablarle al cansado con las palabras apropiadas.
De igual modo, todos
los creyentes tenemos la misma ayuda e instrucción de parte del Señor para
saber que palabras decir, y gracias a Dios por ello, porque dada a nuestra
condición de pecadores estamos expuestos a pecar con nuestra lengua frecuentemente
y las Escrituras nos advierten en reiteradas ocasiones sobre el poder y el
peligro de nuestras palabras, aquí tenemos algunos ejemplos de lo que nuestra
lengua puede hacer:
.Cortar
como una espada(Salm 57:4; 64:3)
.Ser
tan peligrosa y venenosa como una serpiente(Salm 140:3)
.Traer
mentiras con el impacto de un arco(Jer 9:3)
.Derribar
a otras personas como una flecha(Jer 9:8) y;
.Maldecir
y degradar a otros (Oseas 7:16)
Preguntas:
Preguntas:
¿Cuál es el impacto que provocan tus
palabra en los otros?,
¿Lo que dices es para ayudar o
desmoralizar a otros?
¿Tu lengua ha sido de tropiezo o
bendición al compartir las Buenas Nuevas de Salvación?
Meditemos en el uso que le damos a nuestra
lengua cada segundo, como creyentes nos corresponde hablar sabiamente…
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